Consuelo

Aún faltan poco más de cuatro meses para su nacimiento, pero mi sobrina ya tiene el nombre casi totalmente asentado en la mente de sus padres y de todos nosotros, que también la amaremos: se llamará Consuelo.

La vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española registra tres significados para la palabra consuelo:

1) Descanso y alivio de la pena, molestia o fatiga que aflige y oprime el ánimo.

2) Gozo, alegría.

3) Misericordia.

La verdad es que al principio el nombre no me gustaba mucho: me había atascado en el primer significado y lo interpretaba, además, de forma demasiado estrecha. ¿Dónde estaba el sufrimiento del que vendría a aliviarnos esta niña? Me parecía que el nombre implicaba una cierta visión fatalista de la vida, como si ésta fuera un valle de lágrimas que ella tuviera que ayudarnos a soportar, cuando lo que yo sueño es que disfrute y aprecie la delicia de existir y ser consciente, que se maraville ante la concatenación de circunstancias que nos han permitido existir, que sea el universo viéndose a sí mismo.

Pero bueno, para eso, he allí los significados 2) y 3): el gozo y la alegría de vivir, y la misericordia, que es la comprensión y el perdón de las debilidades de los demás y las propias. Sólo podemos perdonar si somos capaces de apreciar y amar nuestra falibilidad y la ajena, viendo en ellas una expresión de la belleza única que es cada uno.

Finalmente, incluso el significado 1) ha venido a abrírseme: este nombre puede ser un regalo para mi sobrina, el deseo expreso de que Consuelo sea siempre capaz de encontrar descanso y alivio de sus penas, porque seguramente las tendrá también. Las superará compartiéndolas y tomando parte de las de los demás, con fortitud, y su vida será llena. Así, sin esfuerzo, dando y recibiendo, se convertirá también en consuelo para la gente a su alrededor.

La verdad es que ahora no se me ocurre nombre más feliz.