Sunday, July 31, 2011

Laia y Piero

Bienvenidos al mundo, chicos!

Llegaron los dos con un poco de adelanto el jueves 9 de junio, y si bien estamos felicísimos de tenerlos con nosotros, ha quedado bien demostrado que todo en exceso (incluso la puntualidad!) deja de ser una ventaja.

Su mamá rompió aguas dos días antes y en el hospital intentaron ayudarla para que los retuviera un poco más, pero no hubo caso: los dos entraron al planeta de sopetón, por cesárea, pesando 1.4 y 1.3 kilos, respectivamente. Esto significa que cada uno de ustedes constituía, al nacer, aproximadamente 1/6,600,000,000,000,000,000,000,000 del peso que tendría este mundo si se lo pudiera poner en una balanza. Antes de convertirse en ustedes la masa que los compone fue plantas, tierra, ganado, nubes, alguna manzana roja brillando bajo el sol... Y antes de eso estuvieron en millones de otros cuerpos, no sólo los de sus antepasados genéticos, sino en tantos otros por donde los átomos de ustedes pasaron. Y antes aún, estaban difuminados en el fondo de una o más estrellas.

Vos, Laia, lo pasaste particularmente mal: al extraerte del vientre de tu mamá a través de la sección cesárea que le hicieron, te rompieron el brazo; luego, como no respirabas bien solita, te tuvieron que poner un respirador, o sea que te conectaron los pulmones, a traves de una manguera que te cubría la nariz y la boca, a una máquina que te insuflaba aire. Unos días después, en una ecografía rutinaria, descubrieron que habías tenido una hemorragia cerebral bastante severa, y todos nos asustamos mucho... Pero te recuperaste, y venís muy bien, y te queremos mucho... Sé que llegarás a ser una mujer plena y feliz, que dará y recibirá mucho, mucho amor.

Anteayer, el viernes 29 de julio, llegaste a casa.

En cambio vos, Piero, lo hiciste el lunes 11 de julio, después de un mes en neonatología, en el hospital La Fe, de Valencia, donde ambos nacieron. Cuando naciste eras flaaaaaco como una lagartija, pero ahora se te están rellenando los huesos con la materia de este mundo, que te llega a través de la leche de tu mamá y de la fórmula que tomás para suplementarla. Prontito llegarán ambos a los tres kilos, pero ni aunque pesaran un mundo, podríamos quererlos más.

Bienvenidos a este sitio y este tiempo, criaturas mágicas.
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