Monday, July 26, 2010

Carta de opinión II

Todos a la escuela

Tal es el título de una campaña solidaria emprendida recientemente y del folleto a través del cual supe de ella, recibido este mes de julio en el sobre de la boleta de la luz. La idea consiste en instar a la gente a donar “un par de zapatillas nuevas para que ningún chico de la provincia deje de ir a la escuela por falta de calzado”.

La idea en sí me parece excelente. Es sólo con solidaridad que una sociedad puede crecer y desarrollarse, y si en nuestra provincia hay niños que se ven incapacitados de ir a la escuela por falta de recursos, el futuro que se ve afectado no es sólo el de ellos, sino el de todos.

Lo que me sorprende y, francamente, me parece deplorable, es que la campaña haya sido promovida por el Ministerio de Desarrollo Humano, un órgano gubernamental de la provincia. ¡La educación de nuestros niños no debe jamás quedar a merced de la caridad de potenciales donantes! La caridad es y sólo puede ser una iniciativa de partes privadas ante la injusticia y la desigualdad, ya sean estas causadas por la sociedad o por catástrofes más allá de nuestro control.

Un gobierno, por otra parte, debe hacer de la educación una de sus prioridades primeras. Si no hay zapatillas para que todos los niños vayan a la escuela, entonces deberá revisar los presupuestos, o recaudar más impuestos. No apelar a la caridad.

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