Saturday, November 20, 2010

Lo dijo Aura:

"Es bueno tener cara y acento de serranitos, porque la gente se cree que eres un ignorante y puedes salirte con la tuya." (no descontectualizar)

"A quién descartaría de la competencia por las becas? Pues a mí misma, porque no puedo hablar por los demás, pero de mí sé que, me la den o no, algo voy a hacer con mi vida."

"Se habla mucho del respeto, pero siempre del respeto que les debemos a otros, o que los demás nos deben a nosotros, pero poco se habla del respeto que nos debemos tener a nosotros mismos."

"Que qué haría si me tocara compartir la habitación con un ateo? Pues nada, no se lo creería a menos que me lo jurara por dios."

Aura viene de un pueblo bastante aislado y conservador en medio de los Andes. Con 10 años logró que un oficial del gobierno lo visitara para que se les hicieran los DNI a más de 500 chicos del lugar. Con 8 le puso una demanda a un profesor que le pegó (práctica muy común en la zona, menos común desde entonces), y tuvo que enfrentarse al ostracismo no sólo de sus maestros, sino de sus compañeros, cuyos padres la consideraban "una mala influencia". Con 13 se fue a vivir a la capital, con un tío, para poder ir a la escuela secundaria. Con 17 se buscó su propio cuarto desde el que asistir a la universidad.

Su padre nunca la obligó a hacer nada, pero siempre la impulsó para que creyera en sí misma y tuviera el valor de hacer lo que ella creía correcto. Le narró la historia de un político al que le tiraban tomatazos, pero que igualmente iba sonriendo y sacudiendo las manos en símbolo de victoria. "Ese tipo de confianza en uno mismo hay que tener", le decía.

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