Sunday, September 27, 2009

La parábola de los talentos

En esta parábola un señor se va de viaje y deja su dinero, repartido en cantidades diversas, en manos de tres de sus siervos. A uno lo pone a cargo de 5 talentos, a otro de 2, y al tercero, de 1.

Los siervos que estaban a cargo de 5 y 2 talentos respectivamente, se ponen a comerciar con ellos y con sus ganancias doblan la cantidad de dinero a su cuidado, pero el tercer siervo simplemente entierra su talento, para mantenerlo al seguro.

Cuando después de mucho tiempo el señor vuelve, se muestra encantado con los dos primeros siervos, y les promete que los pondrá a cargo de muchas cosas más, puesto que se portaron tan bien con unos pocos talentos.

El tercer siervo, por su parte, explica sus acciones aduciendo temor, pues no quería correr el riesgo de perder el talento de su señor, a quien ve como a "un hombre duro, que cosecha donde no siembra y recoge donde no esparce".

El señor le responde, muy enojado, que si eso es lo que piensa de él, con más razón tendría que haber hecho algo con el dinero. Dice que el tercer siervo es "malo y perezoso" y ordena que le quiten su talento, sentenciando que "a todo el que tiene le será dado, y tendrá en abundancia; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado". Luego llama al siervo "inútil" y lo hace echar a la calle oscura.

La moraleja a extraer de este texto es obvia, sobre todo teniendo en cuenta que la unidad monetaria en cuestión se llama "talento": todos tenemos ciertas habilidades y capacidades, y tenemos que hacer lo mejor que podamos con ellas, mientras las poseamos. Mientras más hagamos, mejor nos irán las cosas, y si no hacemos nada, esas capacidades se atrofiarán y luego no podremos usarlas, incluso si lo deseamos.

Un precepto maravilloso, e interesante también porque presta argumentos en contra de quienes interpretan la biblia literalmente.

Por otro lado, me disgusta el elemento económico de la parábola... Además, el argumento literal de la historia es crudelísimo: este señor es muy sádico.

Las parábolas funcionan porque crean paralelos, pero si el señor es dios, a mí me parece que se comporta de forma mucho más mezquina y haragana que el tercer siervo.

Lo que pasa en realidad es que este precepto funciona mucho mejor sin la existencia de ningún señor. Tenemos que hacer lo mejor posible con los talentos que tenemos NO porque nadie nos los haya dado, sino porque intentarlo con todas nuestras fuerzas es nuestra mejor chance de alcanzar cualquier medida de felicidad para nosotros y quienes nos rodean.

No comments:

Locations of visitors to this page