¡Qué nombre mágico tenés, Consuelo! Un recordatorio constante de tu capacidad de aliviar y reponerte de tus propias aflicciones y ayudar a alivianar las ajenas. Esa capacidad es una parte inseparable de tu ser, un poder sanativo que todos tenemos pero que mucha gente olvida a lo largo de su vida. Vos, en cambio, no lo olvidarás nunca, porque te bastará pensar en el significado de tu nombre para recordarlo: ese poder de volverte a levantar y seguir adelante es imperdible, algo que nadie ni nada te puede quitar.
Querete siempre y queré a los demás, y todo el resto vendrá solito.
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